Planeamiento de equipo


Un equipo se hace

Una de las actividades agropecuarias más sensibles al trabajo coordinado es el tambo. Es por eso que la propuesta de trabajo en equipo es la más adecuada para éste: todas las actividades están interconectadas, lo que significa que el resultado final depende de que cada uno haga lo correcto en el momento adecuado.

El trabajo en equipo requiere de la contribución de todos sus miembros. Para ello es fundamental el conocimiento de las capacidades propias y la disposición para modificar aquellas actitudes que no contribuyen al logro de los resultados.

Se debe tener claro que todo lo que se haga o no se haga en la jornada laboral va a repercutir directamente en el compañero de trabajo y en el resultado final esperado. Se puede ser “obstáculo” o “facilitador” para el trabajo en equipo, y es necesario que se generen espacios de intercambio y conocimiento para la toma de conciencia de cómo influye el accionar de cada trabajador.

Ser equipo, no es algo que se dé naturalmente, hay que trabajar y entrenarse para lograrlo.


¿Qué es “ser equipo”?

“Ser equipo” es reconocer que los logros alcanzados juntos en la tarea serán superiores a la suma de los esfuerzos individuales.

Las organizaciones, en este último tiempo, se han dado cuenta que el talento individual tiene un mejor rendimiento si se potencia en su doble dimensión: individual y de equipo. Un ejemplo donde podemos ver esto con claridad es en el futbol; se necesita más que jugadores “estrella” para un buen resultado final. Se necesita del trabajo en equipo, esa sinergia que se produce cuando los miembros identifican claramente que es un equipo, sus características y sus ventajas, y cuando un miembro del equipo brinda lo mejor de sí, acentuando sus fortalezas y disminuyendo sus debilidades.

Un equipo es un conjunto de personas con especialidades, experiencias y jerarquías laborales diferentes pero complementarias entre sí que se unen para alcanzar un objetivo. Esto implica reunirse regularmente para identificar y resolver problemas laborales (técnicos, teóricos, operativos y/o de relación) interactuando y comunicándose de manera abierta y efectiva para producir los resultados económicos y motivacionales deseados.

¿Qué diferencia existe entre un grupo y un equipo?

En un equipo, sus integrantes comparten un objetivo explícitamente definido, unos dependen de otros para lograr al máximo su rendimiento y se complementan en sus capacidades para aportar al resultado final. Cada uno tiene su rol y su función pero todos tiran para el mismo lado. Este rol también debe ser conocido de antemano, así como también los objetivos deben ser explicitados.

En los equipos de trabajo, las tareas se asignan, se desempeñan y se evalúan a través de esos roles. Para que los distintos roles sean más eficientes es necesario definir las tareas que las personas deben cumplir. En un equipo, todos los roles son importantes.

¿Cómo pasar de un grupo a un equipo?

El problema de muchas organizaciones es no saber transformar sus grupos en verdaderos equipos de trabajo. El secreto está en poder brindar espacios de reflexión y formación para que cada integrante sea consciente del valor y las ventajas que tiene el trabajo en equipo en esta actividad del tambo.

Reunirse regularmente para trabajar cada una de las variables mencionadas (comunicación, colaboración, confianza, etc.) aporta, en el día a día y en la vivencia, el entrenamiento y la asimilación de los valores necesarios para el trabajo en equipo. No basta con enunciarlos en una cartelera, hay que aprenderlos haciendo.

Es preciso ayudar a crecer a las personas y a los equipos de trabajo, ofreciendo capacitación permanentemente. Esto está muy bien visto por los trabajadores que perciben el cuidado hacia ellos, y el apoyo hacia la obtención de más y mejores herramientas para su desempeño en lo laboral y en lo relacional.


Las “5 C” del trabajo en equipo

En líneas generales, es posible hablar de cinco elementos claves para el trabajo en equipo. Estos son:

  1. Coordinación. Que alguien logre coordinar los esfuerzos de todos los integrantes. Este rol puede ir cambiando en función de la tarea a realizar, pudiendo o no coincidir con el encargado. De todas maneras, el encargado debe ser un buen coordinador de equipo como parte esencial de su puesto de trabajo.
  2. Complementariedad. Cada uno aporta su saber, no todos manejan la totalidad del proyecto. Cada uno tiene su habilidad y es una parte de todo lo que se necesita.
  3. Comunicación. Para lograr llevar adelante el proyecto se necesita una comunicación abierta y fluida entre todos los integrantes. Es necesario comunicar el “para qué” fueron convocados, así todos conocen la meta a alcanzar y se comprometen con ella (identificar objetivos y coordinar con otros para lograrlo), se distribuyen tareas, y cada quien cumplirá un rol y una función. Se necesitan también establecer instancias de comunicación y coordinación, mecanismos de control y seguimiento. Aquí es importante hacer tiempo y lugar para planificar y participar de las reuniones de equipo.
  4. Cooperación. Entre los miembros del equipo debe haber cooperación, ayuda mutua. No hay nada más gratificante que saber que se ha colaborado con los compañeros y que juntos se sacó el proyecto adelante. Cada uno tiene un talento, pero no todos, de ahí la necesidad de complementarse con otros talentos. Es esta necesidad de los otros que mueve a colaborar.
  5. Confianza. Una de las características de los buenos equipos es haber logrado confianza entre sus miembros, esto es, confiar en el “bien hacer” de cada uno y ser uno mismo confiable para los otros. Se confía cuando se conoce a los otros; para ello se necesita tiempo y también lugar para desarrollar encuentros que permitan el conocimiento de las personas con las que se comparte el trabajo. Cuando se habla de confianza también se habla de un clima libre de temores, tensiones y amenazas, donde cada uno pueda brindarse y, si hay errores, puedan corregirse sin temor. Ser confiable es ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace; entre lo que promete y lo que verdaderamente se lleva adelante.


Ser confiable

Para generar confianza y contribuir a buenos climas laborales es preciso:

– Cumplir con los acuerdos tomados y los compromisos adquiridos.

– Compartir la información que ayuda al equipo.

– Escuchar y respetar las opiniones de todos.

– Ser capaces de guardar información confidencial.

– Reconocer los logros de los demás, sus aportes y aciertos

– Criticar sin descalificar, hacer críticas constructivas, ligadas al asunto y no a las personas. .

– Poder tener desacuerdos en un clima de respeto.


¿Cuáles son los valores que sustentan el trabajo en equipo?

Es necesario hacer presentes en la organización, los valores humanos que impulsan a la empresa hacia el logro de sus metas, y a las personas a su desarrollo profesional y personal. Se trata de demostrar que trabajando con valores todo se vuelve más simple y satisfactorio.

Estos valores son:

– Colaboración

– Cooperación

– Confianza

– Honestidad

– Respeto

– Compromiso


Reuniones efectivas de equipo


Las reuniones pueden estar planeadas para conocer hacia dónde va la empresa, cómo está la empresa, cómo se viene trabajando, qué necesita la organización de cada uno de los empleados, qué dificultades se encuentran, y entre todos buscar soluciones participativas que logren el compromiso y el sentimiento de pertenencia de todos los miembros del equipo.

Las mismas podrán tener un carácter informal o formal según lo que se deba trabajar; no es lo mismo brindar una información que buscar una solución a un conflicto.

Preparación de las reuniones

Antes de la reunión

– Definir el objetivo: es preciso de asegurarse de tener un objetivo por el cual se lleva a cabo la reunión (algo a transmitir, algo a resolver, etc.)

– Invitar a las personas adecuadas: es importante delimitar bien los destinatarios de las reuniones. ¿Se ha convocado a las personas correctas? ¿El tema le compete a su área de trabajo?

– Enviar agenda para circunscribirse a los temas a tratar y ser más efectivos en la utilización del tiempo.

Durante la reunión

– Lograr reunirse en un buen ambiente de trabajo, donde se pueda parar cómodamente para pensar y producir, disponiendo del mobiliario para que todos se sientan parte y sientan la invitación a participar activamente de la reunión. Si se dispone de alguna técnica grupal para lograr un clima de confianza y trabajo es aún más recomendable.

– Registrar: tomar nota de los temas más relevantes y las intervenciones más significativas.

– Potenciar las reuniones con escritos sobre el tema a tratar enviados con anterioridad, de manera tal que los participantes asistan a la reunión preparados.

– Estimular la participación de todos los integrantes del equipo.

– Administrar el tiempo.

– Sistematizar los aportes.

Después de la reunión

– Revisar el acta, registrar los temas tratados y los acuerdos, y hacer circular esta información entre los participantes al encuentro (mails grupales)

– Hacer seguimiento de los acuerdos.


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