Las bases de la gestión de las personas y equipo


Comunicarnos para “hacer” y para “ser” una empresa tambera

Es necesaria la comunicación para hacer las tareas propias de la empresa tambera, y es necesario comunicarse para ser una empresa tambera viva y activa desde el punto de vista de la gente que la compone.

Comunicación para hacer cosas

A diario resulta evidente la necesidad de comunicarse para resolver las necesidades del funcionamiento de la empresa, para transmitir con claridad indicaciones, reglas de trabajo y de convivencia.

Abundan los consejos para que esta comunicación funcional, que tiene que ver con lo práctico y lo cotidiano, sea eficiente, pero se puede sintetizar en dos consignas: “Decilo simple y  claro”. A lo que conviene agregar, sobre todo cuando se trata de una actividad como ésta que reúne gente con distintas culturas y formas de hacer, una tercera condición: “Simple y claro para el que habla y para el que escucha”, y eso no es la misma cosa.

Como la comunicación es una cuestión de interpretaciones y cada persona interpreta según su experiencia, es importante que la persona se ponga a pensar desde dónde está hablando, a partir de qué experiencias y agenda de prioridades, y al mismo tiempo, cuando habla, desde dónde los otros la están escuchando: con qué elementos cuenta el otro para interpretar, catalogar y organizar en su mente lo que está diciendo.

La simplicidad y la claridad de los mensajes no pueden ir en desmedro de la precisión, porque de lo contrario, una cuestión urgente puede tener distintas interpretaciones. Es más preciso si se dice: “Ahora / en una hora / hoy / en esta semana andá al tambo”, y en muchos casos puede necesitar una precisión mayor: “caminando / en moto / en tractor / en la camioneta”.

La precisión en la definición de tareas y procedimientos puede dar lugar a protocolos, escritos, consensuados, que posibiliten el monitoreo de las actividades y el mismo ajuste de los procesos cuando se presenten dificultades o cambios reales en la práctica.

Comunicación para ser una empresa viva

La comunicación es vital para el ser humano, y lo mismo ocurre con las empresas en tanto están constituidas por personas. La comunicación hace las veces de los vasos comunicantes en cualquier organismo vivo, mantiene a las partes diferentes y complementarias unidas, nutridas y articuladas en un todo.

La comunicación “para ser” sienta las bases de la colaboración y la participación de cada uno de los integrantes de la empresa para la concreción de los objetivos comunes. Cualquier empresa necesita que las personas se comuniquen con el fin de desarrollar metas, canalizar la energía e identificar y resolver los problemas.

La comunicación establece un puente entre las necesidades sentidas de la empresa, expresadas en sus objetivos, y las necesidades sentidas de los empleados. Es decir, tiene que apuntar a poner en palabras o en hechos de qué manera el logro de objetivos empresariales influye sobre el logro de los objetivos que tienen sus empleados. Establecer un puente también entre los requerimientos de una rutina diaria de trabajo exigente, y las necesidades diarias de calidad de vida, desarrollo personal y esparcimiento de los operarios.

La comunicación promueve el compromiso de cada uno −como empleador o empleado− de involucrarse en los objetivos de la empresa, promoviendo un otro activo y comprometido en la resolución de los problemas cotidianos que se generan en el funcionamiento.

Otras consideraciones

La comunicación no es mágica ni espontánea

Cuando se habla de comunicación, suele venir ligado a una ilusión de espontaneidad (“Que suceda naturalmente, que surja”), pero eso no va a pasar.

La comunicación no es un accesorio que pueda adquirirse e incorporarse a la empresa como una herramienta mecánica más, es un desafío a cumplir que empieza por los que tienen la responsabilidad de la gestión de las personas y sigue con cada uno y todos sus integrantes.

Implica un compromiso de la gestión

La comunicación implica, desde el vamos, el compromiso del productor/empleador, a partir de sentir realmente la necesidad de gestionar, promover la comunicación en su empresa.

El empleador tiene que estar honestamente involucrado con los objetivos y los valores que enuncia, que comunica, ya que las inconsistencias en lo que dice sobre la empresa y lo que hace en la empresa generan ruidos y hasta interrupciones de la comunicación.

Encontrar espacios, acordar tiempos y planificar para poder comunicarse

Es preciso entender que hay que encontrar los espacios posibles de comunicación en el establecimiento −si es que ya existen− o generar nuevos afines a la cultura empresaria, que hay que destinarle un tiempo dentro de la rutina semanal o mensual del tambo y que la utilización fructífera de ese tiempo implica una planificación.

El problema es que se escucha para contestar no para entender

Mucho más que decir es escuchar, entendiendo que el otro habla y escucha desde su experiencia, desde lo vivido, que suele no coincidir con la propia experiencia. Este “escuchar” implica en el campo un desafío aún mayor, ya que la conversación no suele ser el fuerte de los empleados rurales. Muchas veces se dice más con lo que se calla o con lo que se hace que con lo que se puede expresar en palabras.

Una buena escucha tiene que ver con la capacidad de ponerse en el lugar del otro, es un intento sincero de comprender y experimentar las ideas y sentimientos de la otra persona, tratar de facilitar la expresión de las ideas. En lugar de asumir la responsabilidad del problema de la otra persona es ayudarlo a expresarse y analizarlo.

No hay que asustarse, la comunicación no es un oscuro proceso de adivinación sino de interpretar y poner en contexto: un cambio de actitud, un correr la mirada, llegadas tardes, un silbido alegre… Ahí es donde se puede preguntar para poder poner en palabras lo que pasa, ya que enunciar el problema es el primer paso para su solución.


¿Qué características debe tener un líder?

En un artículo del Diario La Nación, Alejandro Melamed, especialista en Recursos Humanos, coach ejecutivo y consultor, asegura sobre el liderazgo:

“Hay innumerables escritos e investigaciones referidas al liderazgo, aunque cada una enfoca el desafío desde una óptica particular y diferente. Sin embargo, debe considerarse que uno de los aspectos más críticos que debe ser tenido en cuenta es aquel que considera que un grupo de personas tiene necesidades y motivaciones relacionadas a su propia naturaleza, su propia esencia. No obstante, el liderazgo más esperado es el que es más humano.

Más allá de las capacidades, habilidades y competencias que puedan desarrollarse en un líder, debe tenerse en cuenta que todos los que trabajan en diferentes tipos de organizaciones son, antes que nada, personas, y como tales esperan del que lidera (o intenta hacerlo) las características y actitudes fundamentales que lo deberían distinguir.

En ese sentido, debe considerarse que el liderazgo es un ejercicio artesanal, que no tiene una receta acertada y otra equivocada, donde cada equipo y cada situación requiere enfoques y propuestas distintivas”

Algunas características de los líderes más humanos

¿Qué características y habilidades deben tener los coordinadores de equipo?

Una de las características más importantes de estos es la de poder guiar, acompañar y motivar a su equipo de trabajo, pero es importante poder hacerlo teniendo en cuenta las necesidades del equipo en cada una de las etapas de su evolución grupal.

Este liderazgo situacional se basa en mantener en equilibrio dos tipos de comportamiento de un líder acentuando cada una de ellas en mayor o menor medida según la necesidad y evolución del equipo. Hablamos de “comportamientos directivos” y “comportamientos de apoyo”.

Los primeros están relacionados a los primeros tiempos de convocatoria de un grupo de personas para llevar adelante un proyecto. Se definen las funciones y tareas; se plantea qué, cuándo y con qué deben realizarlas; se controlan los resultados; y se supervisa la tarea.

Por otra parte, el comportamiento de apoyo está centrado en el grupo, fomenta la participación de todos, intenta lograr la cohesión grupal, apoyando y motivando al equipo.

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