El sector rural argentino se caracteriza por ser un lugar con grandes extensiones. La población rural constituía en 2001 el 10,6% del total país. Si se comparan las cifras de los dos últimos censos, éstas muestran una paulatina disminución de la población rural, fenómeno que se repite también a nivel mundial. De acuerdo con el censo 2010, la población rural de la Argentina representa el 8,74% del total de 40.117.094, es decir casi un 2% menos que diez años atrás (Censo 2010).

En el siguiente gráfico se puede observar la participación de la población rural según censo 2010 en cuatro provincias argentinas, que son las que concentran la mayor cantidad de tambos en el país.

Gráfico 1: Distribución de la población según provincia.

Fuente: Censo 2010

La falta de infraestructura que lleva al aislamiento, el déficit en servicios (luz, gas, agua) y la escasez de trabajo de buena calidad, se mencionan como las principales causas que van despoblando el campo argentino.

El trabajo en la actividad tambera demanda esfuerzos importantes. Los resultados de la encuesta que realizó el CREA Zona Santa Fe Centro al personal de tambos, menciona por ejemplo que:

– El 74% de los operarios considera que el trabajo del tambo es sacrificado o muy sacrificado.

– El 58% de los mismos no recomendaría este trabajo a sus hijos.

¿Qué podemos hacer?

Los beneficios de generar un lugar de trabajo agradable para la gente son importantes. Prueba de ello son los innumerables esfuerzos que realizan otros países por trabajar en este sentido bajo una óptica interdisciplinaria, simplemente por el hecho de comprender que son las personas las que impulsan el éxito en las empresas.

Dairy New Zealand menciona cinco pilares para la buena gestión de las personas, los cuales se pueden ver en la siguiente ilustración:

Figura 1: Pilares de la buena gestión de las personas.

Fuente: Adaptación de Dairynz.co.nz

A diferencia de lo que generalmente se piensa, la elección del lugar de trabajo no solamente tiene que ver con la remuneración, sino también con otros factores que hacen al desarrollo y bienestar de las personas. Si deseamos que la gente que trabaja en el ámbito rural se quede, progrese y contribuya al crecimiento de la empresa, entonces necesitamos que el entorno donde desarrollan sus tareas los motive y recompense de manera justa.

La importancia de la infraestructura regional

La infraestructura que presenta la región así como el acceso a servicios básicos, condiciona fuertemente la elección del lugar de trabajo por parte de las personas.

La falta de ripio y/o afirmado en los caminos rurales genera un problema para el acceso a servicios básicos, así como una demanda adicional de trabajo (y costo), al tener que sacar la producción los días de lluvia.

En muchos casos, la infraestructura del tambo se encuentra limitada o se limitaría por la potencia de la red eléctrica, ya que el equipamiento del tambo demanda una potencia proporcional al tamaño del mismo.

Los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes e intensos y los profesionales en la materia coinciden que esta característica se mantendrá a futuro. Si a esto le sumamos el crecimiento de las zonas urbanas, vemos que la infraestructura para el escurrimiento hídrico queda subdimensionada. Es allí donde los problemas de anegamientos, además de generar pérdidas económicas en las empresas, obstaculizan las labores diarias de las personas, generando malas condiciones de trabajo. Según la encuesta CREA mencionada anteriormente, el 42% de los casos mencionó al barro como una de las cosas que menos les gusta del trabajo en el tambo.

Las telecomunicaciones, hoy por hoy, se transformaron en una herramienta más de trabajo. La dificultad para su acceso genera inconvenientes. Afortunadamente, los celulares han solucionado muchos de estos problemas, pero existen muchas zonas donde el servicio es deficiente. En el caso del acceso a la televisión, con los servicios satelitales o de cablevideo rural que existen en la zona, el problema es mucho menor. No así en el caso de Internet, por ejemplo, donde el servicio es deficitario en muchas zonas de la Argentina.

Por último, el acceso a la educación es clave para una adecuada inserción social de las personas que trabajan en el tambo. Según la encuesta que realizó la Región CREA Santa Fe Centro, el 56% de los encuestados tienen menos de 40 años, es decir son personas que tienen hijos en edad escolar y que quieren para ellos una buena educación. El aislamiento propio de las instituciones educativas del medio rural atenta contra la calidad educativa.

Como vemos, son muchas las limitantes en infraestructura que condicionan fuertemente la factibilidad operativa, inserción y desarrollo de las personas, repercutiendo en la permanencia de las mismas en el medio rural, lo que impacta en el resultado económico de las empresas.

La gran limitante de estos factores es que están “tranquera hacia afuera”, y por eso la solución depende en gran parte del compromiso de los vecinos y las autoridades, además del empresario preocupado por esto.

Nuestra intención es poner sobre la mesa de discusión estos temas, que no siempre son tenidos en cuenta al momento de analizar por qué cada vez hay menos gente para trabajar en el campo.